Fanáticos del Fotograma

Como cada año y siendo antesala de los Oscar americanos, llegaron los Globos de Oro. En ocasiones sirven para anticipar por donde irán los tiros para con el "tío Oscar", en ocasiones despistan y premian un cine mucho más auténtico. Los premios de la HFPA (Hollywood Foreign Press Association) como su propio nombre indica están entregados por la prensa extranjera afincada en Hollywood. De ahí que en ocasiones sean tan dispares y en ocasiones tan justos. Repasamos ahora algunos de los premiados en la edición de 2010.

El premio gordo como ya comenté en el programa fue para Avatar. La cinta de James Cameron se llevó los premios a Mejor Película y a Mejor Director. Cuando una película como ésta recibe reconocimientos tan notorios como los Globos de Oro la gente se suele extrañar. ¿Cómo es posible que una película fantástica se lleve los dos premios más importantes de la ceremonia? ¿Realmente lo merecía? Mi respuesta a esa pregunta es: ¿realmente importa? La industria Norteamericana se rige por unos parámetros tales como budgets (presupuestos) y box-office (taquillas).

En estos tiempos de crisis en los que la industria cinematográfica de los Estados Unidos necesita de blockbusters que revienten la taquilla y muevan -si es posible- un fenómeno fans detrás, se le agradece el favor a Cameron premiándolo no ya solo por la película en sí, sino por una dilatada trayectoria llena de películas memorables -hitos en la historia del cine americano- y supertaquilleras (Cameron ha firmado las dos películas más taquilleras de todos los tiempos) y, por supuesto, por la contribución que hace el director para que el cine puramente entertainment pase a un nuevo nivel (igual que hicieran Lucas y Spielberg allá por los 70): la explotación a nivel comercial y masivo del sistema filmación-proyección en 3D.

La película gustará más o menos. La gente seguirá usando el manido: "es como Bailando con Lobos" para desmontarla mientras otros aludan al tópico positivo de los efectos especiales. Cierto, la película entra bien por los ojos. Pero, más allá de eso, porque cuenta una historia de trascendencia filosófica: la evolución de un individuo en su concepción del mundo que lo envuelve encontrando otra manera de relacionarse con el entorno. De lo mecánico a lo natural/espiritual. Un mensaje new-age propio del director que firmó Terminator o Aliens y que siempre gusta de incomodar al público planteandole cuestiones acerca de la misma identidad de la raza humana y de su relación -¿simbiótica?- con la tecnología. Para mí, son razones de peso para tal reconocimiento.

De perfil diferente a Cameron, Martin Scorsese es otro gigante en el star-system yanki. Mismo razonamiento en el que sí es un premio en reconocimiento a una carrera. El director de Malas Calles, Taxi Driver, Toro Salvaje, La última tentación de Cristo -palabras mayores-, Uno de los nuestros, Gangs of New York, Casino o Infiltrados entre otras bien merece un reconocimiento personal que seguro le habrá sentado muy bien, dado que el Oscar le ha sido esquivo demasiadas veces. Pero al fin y al cabo, ¿Qué son los premios? Fácil decirlo desde aquí, pero seguro que a cualquier profesional del medio le da gusto recibirlos.

Scorsese, siempre dado al cine de gangsters, mafiosos y matones de barrio se preocupó por retratar el estilo de vida de los emigrantes italianos en EEUU, por el concepto de sentimiento de culpa y redención de la religión católico-romana y por la violencia en las calles. De la misma generación que los Lucas y Spielberg mencionados antes se le considera el autor más influyente de aquella década de los 70. Un mito viviente tal vez poco reconocido. Un artista al que volver siempre. Un director clave.

Entre los premiados que darán que hablar este año algunos nombres propios dignos de ser destacados:

Destacar Up, la pelicula de Pixar que también obtuvo premio y sobretodo a Christoph Waltz y su soberbia interpretación del Coronel Nazi de las SS Hans Landa en Inglorious Basterds de Quentin Tarantino. Totalmente merecido.